El Espíritu Santo es una expresión bíblica que se refiere a la tercera Persona de la Santísima Trinidad.
El Espíritu Santo puede acercarse al alma y transmitirle ciertas disposiciones que la perfeccionan.
Estos hábitos se conocen como los dones del Espíritu Santo, que son: Temor de Dios, Sabiduría, Entendimiento, Consejo, Piedad, Fortaleza y Ciencia.